Establecer loros…

¿Qué dirá un periodista con entradas agotadas? El que los reciba dirá. Soportes en su lugar. Hoy, y sin la menor duda, hay un periodismo mucho más establecido que nunca. Eso significa una cosa. La sociedad, parte de la cual es el periodismo, ha progresado en mayor medida.

Poulitari, entonces, es el periodista profesional engrasado. Que hace "quehaceres" y se paga. Hace muchos años, en la cara de un periodista deportivo, noté otra categoría de periodistas vendidos, que… no los atrapó. Hablo de "acusación", porque efectivamente un carro de periodistas los escribe todos los días como los quiere el presidente del grupo, del partido. ¿Están vendidos?

No importa si el informe o el comentario no tienen… factura. La cuestión es que la objetividad está deliberadamente ausente. Y si el periodista no hace… relaciones públicas gratuitas en la presidencia, lo venden a los simpatizantes del grupo, el partido. Los escribe como el imbécil quiere que escuchen. El tonto.

Así son las cosas. Malach es el comentarista de la máquina de escribir, la radio o Internet que actúa de manera irrespetuosa en la función y lo hace. No importa si no embolsa los bolsillos. Tsuκιeki se queda con la administración o plataforma cuando aparece en los titulares.

Fin. No es legal que el aficionado, el aficionado fanático, el que se enferma con su equipo, y este es su propio problema, hacer del fiscal periodístico un profesional de los medios, cuando no son asesinos a sueldo - escribas.

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